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L: ¿Demostrarías para mí que el Universo no es infinito? Quise estudiar Física para demostrarlo, pero no me vi con fuerzas.
S: Demostraría para ti que el Universo es un felino si me lo pides. Y más que nada, si eso te hace feliz.
L: Estoy firmemente convencida de que el universo no es infinito, pero que hay un número infinito de universos.
S: Pero nadie cree que el universo no es infinito a estas alturas.
L: Pero nadie ha demostrado lo contrario, y todas las leyes físicas se basan en ese supuesto.
S: Creo que no estás nada equivocada, para nada. De hecho, el universo tiene medida y todo, y ahora se está creyendo firmemente en los universos paralelos. Representan todas las posibilidades de eventos en un universo, por lo que es probable que serían infinitos.
L: A veces, cuando miro a las estrellas, me consumo pensando que puede haber en otro universo otro planeta Tierra, y que tal vez sea allí y no en este, donde haya nacido mi alma gemela. Me aterra la idea de estar sola.
S: ¿Y por qué no en este universo? ¿Qué es para ti un alma gemela?
L: Porque en este se ha perdido el sentido de la belleza.
S: Si te sirve de consuelo, desde Chile te acompaño como puedo. ¿Y según tú alguna vez se tuvo una noción correcta de belleza?
L: ¿Un alma gemela? Alguien que me mire y vea en mí lo que a él le falta, que me considere grande aun siendo pequeña, que me ame sin reparos y mueva montañas por mí... Alguien que pudiera quedarse en silencio hasta el dia de su muerte, conformándose solo con tomarme de la mano y verme sonreir. Sí, se tuvo... Cuando no nos creíamos dueños y señores del mundo... Cuando éramos solo una parte mas de la naturaleza, y mirábamos al cielo y nos maravillábamos... Cuando eramos niños. Los adultos no creen en la magia.
S: Te confieso que me has hecho temblar. Porque es mi deseo encontrar a quien me satisfaga mirar su sonrisa y tomar su mano. ¿Qué importa si creen o no creen? La magia es por sí sola, y quien lo sigamos creyendo sabemos que estamos en lo correcto contra todo el resto. Te juro que no pensé que este día podía haberse vuelto tan bueno como para llegar a ser abrazado virtualmente por tan alta majestuosidad como tú.
L: Tuve un amigo chileno una vez, estudiaba conmigo, era hijo de un médico... Se llamaba Jorge. Cuando volvió a Chile supe que no le vería mas, pero le dije antes de que se fuera: "Mándame un novio por correo". Se echó a reir y se fue. No he vuelto a verle.
S: ¿Qué quieres decir con eso? ¿Ahora quieres que yo te mande un novio por correo?
L: No, no sé, me he acordado. Soy muy cabezota.
S: Yo más bien diría que eres el sueño más grandioso que en mi nacimiento se me podría haber prometido. ¿Sabes? Uno no se espera tanto tampoco de la vida. Es una verdadera injusticia que al otro lado tú te me encuentres tan desamparada.
L: ¿Qué harás ahora que me has encontrado?
S: Ahora tengo que encontrarte en el resto de la vida, llenarme de ti, y no dejar muchos rincones sin tu presencia.
L: Suena bien.
S: ¡Ya sabes que ninguna gracia me haría si dejaras de existir!